Lo Arcangélico (poemas)

 Por Georges Bataille

            Podríamos tener la tentación de leer los poemas de Bataille como ilustración de su filosofía, donde la noche, la muerte, el no-saber y el deseo tejen su “conjuración sagrada”. Pero sus poemas son puñaladas y no tenemos el consuelo de refugiarnos en los conceptos. Cuando estamos intentando digerir un verso nos ataca con otro más cruel. Del vértigo adonde nos arrastra no salimos ilesos, sino con la herida imprevista del testigo que terminó viendo más de lo que buscaba, más de lo que esperaba.
            Su estilo es reiterativo: elige determinadas palabras –que de ningún modo pueden ser otras– y las combina de diferente forma a través de sus poemas. Pero en lo que algunos podrían percibir un empobrecimiento del lenguaje es donde está la riqueza de su repetición, como tan bien utilizó Samuel Beckett en sus escritos. No describe escenas, expresa imágenes inconclusas por la búsqueda del amor y de la muerte.


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Lo Arcangélico (poemas)

Georges Bataille

 

 

 

La Tumba

 

I

 

Inmensidad criminal

agrietada vasija de la inmensidad

ruina sin limites

 

inmensidad que me abruma blanda

yo, blando

el universo es culpable

 

la locura alada mi locura

desgarra la inmensidad

y la inmensidad me desgarra

 

estoy solo

ciegos leerán estas líneas

en interminables túneles

 

caigo en la inmensidad

que cae dentro de sí

más negra es que mi muerte

 

negro es el sol

la belleza de un ser es el fondo de las cavernas un grito

de la noche definitiva

 

lo que ama en la luz

el escalofrío que la hiela

es el deseo de la noche

 

miento

y queda clavado el universo

en mis mentiras dementes

 

la inmensidad

y yo

nos descubrimos uno a otro nuestras mentiras

 

la verdad muere

y grito

que la verdad miente

 

mi cabeza azucarada

que agota la fiebre

es el suicido de la verdad

 

el no-amor es la verdad

y todo miente en la ausencia de amor

nada existe que no mienta

 

comparado al no-amor

el amor es cobarde

y no ama

 

el amor es parodia del no-amor

parodia la verdad de la mentira

el universo un suicidio alegre

 

en el no-amor

la inmensidad cae dentro de sí

sin saber qué hacer

 

todo está en paz para otros

los mundos giran majestuosos

con monótona calma

 

está en mí el universo como en sí mismo

ya nada de él me separa

me enfrento con él dentro de mí

 

en el calmo infinito

al que las leyes lo encadenan

se desliza hacia lo imposible inmensamente

 

horror

de un mundo que gira sobre su eje

el objeto del deseo está más allá

 

la gloria del hombre consiste

por grande que sea

en desear otra

 

estoy

está conmigo el mundo

expulsado fuera de lo posible

 

no soy sino la risa

y la noche pueril

donde cae la inmensidad

 

soy el muerto

el ciego

la sombra sin aire

 

como los ríos en la mar

sin cesar ruido y luz

en mí se pierden

 

soy el padre

y la tumba

del cielo

 

el exceso de tinieblas

es el fulgor de la estrella

el frío de la fosa un dado

 

la muerte echó los dados

y la profundidad de los cielos exulta

por la noche que sobre mí se desploma

 

 

II

 

El tiempo me oprime caigo

y me deslizo de rodillas

palpan la noche mis manos

 

adiós arroyos de luz

no me queda más que las sombras

los posos la sangre

 

espero la campanada

por donde lanzando un grito

me adentraré en las sombras

 

 

III

 

Un lento pie desnudo sobre mi boca

un lento pie contra el corazón

eres mi sed mi fiebre

 

pie de whisky

pie de vino

pie loco de subyugar

 

oh fusta mía dolor mío

talón que de tan alto me sojuzga

lloro porque no muero

 

oh sed

insaciable sed

desierto sin salida

 

súbita borrasca de muerte en la que grito

ciego de rodillas

y vacías las órbitas

 

corredor donde me río de una noche sin sentido

corredor donde me río entre portazos

en el que una flecha adoro

 

 

IV

 

Más allá de mí muerte

un día

la tierra gira en el cielo

 

estoy muerto

y las tinieblas

sin cesar se alternan con el día

 

cerrado está para mí el universo

en él permanezco ciego

semejante a la nada

 

la nada no es sino yo mismo

el universo no es sino mi tumba

el sol no es sino la muerte

 

mis ojos son el ciego rayo

mi corazón es el cielo

donde estalla la tormenta

 

en mí mismo

al fondo de un abismo

el universo inmenso es la muerte

 

soy la fiebre

el deseo

soy la sed

 

el gozo que despoja del vestido

y el vino que hace reírse

de no estar ya vestido

 

en una copa de ginebra

una noche de fiesta

las estrellas caen del cielo

 

trago el rayo a largos sorbos

voy a reírme a carcajadas

con el rayo en el corazón

 

 

La Aurora

 

Escupe sangre

es el rocío

la espada que me dará muerte

 

desde el brocal del pozo

mira el cielo estrellado

posee la transparencia de las lágrimas

 

Te encuentro en la estrella

te encuentro en la muerte

eres el hielo de mi boca

tienes el olor de una muerta

 

tus senos se abren como la cerveza

y me sonríen desde el más allá

deliran tus dos largos muslos

desnudo es tu vientre como un estertor

 

eres bella como el miedo

estás loca como una muerta.

 

Innombrable es la desdicha

el corazón una mueca

 

lo que da vueltas en la leche

la risa de loca de la muerte

 

Ha salido una estrella

eres soy el vacío

 

ha salido una estrella

dolorosa como el corazón

 

reluciente como una lagrima

silbas es la muerte

la estrella cubre el cielo

dolorosa como una lágrima

 

sé que no me amas

pero la estrella que sale

cortante como la muerte

agota y retuerce el corazón

 

Estoy maldito he aquí a mi madre

qué larga es esta noche

mi larga noche sin lágrimas

 

noche avara de amor

oh roto corazón de piedra

infierno de mi boca de ceniza

 

eres la muerte de las lágrimas

maldita seas

mi corazón maldito mis ojos enfermos te buscan

 

eres el vacío y la ceniza

pájaro sin cabeza cuyas alas la noche golpean

el universo está hecho de tu escasa esperanza

 

el universo es tu corazón enfermo y el mío

latiendo hasta rozar la muerte

en el cementerio de la esperanza

 

mi dolor es la dicha

y la ceniza el fuego

 

Diente de odio

estás maldita

quien está maldita habrá de pagar

 

pagarás tu parte de odio

el horrible sol morderás

quien está maldito muerde el cielo

 

conmigo desgarrarás

tu corazón amado por el espanto

tu ser estrangulado de tedio

 

eres la amiga del sol

no hay para ti descanso

tu cansancio es mi locura

 

Boñiga en la cabeza

estallo odio el cielo

quién soy yo para escupir las nubes

amargo es ser inmenso

mis ojos son gruesos cerdos

mi corazón tinta negra

mi sexo es un sol muerto

 

las estrellas caídas en una fosa sin fondo

lloro y mi lengua fluye

poco importa que la inmensidad sea redonda

y ruede en un cesto de sonido

 

amo la muerte la convido

en la carnicería de Saint-Pére.

 

Negra muerte mi pan eres

te como en el corazón

 

es el espanto mi dicha

la locura llevo en mi mano.

 

Anudar la cuerda del ahorcado

con los dientes de un caballo muerto.

 

Suavidad del agua

rabia del viento

 

carcajada de la estrella

mañana soleada

 

nada importa que yo no sueñe

nada importa que yo no grite

 

más lejos que las lágrimas la muerte

más arriba que lo hondo del cielo

 

en el espacio de tus senos.

 

Límpido de pies a cabeza

frágil como la aurora

el viento ha roto el corazón

 

en la dureza de la angustia

la noche negra es una iglesia

donde se degüella un puerco

 

temblorosa de pies a cabeza

frágil como la muerte

agonía de mi amada hermana

 

eres más fría que la tierra.

 

Reconocerás la dicha

al verla morir

 

tu sueño y tu ausencia

acompañan en la tumba.

 

Eres el latido del corazón

que escucho bajo mis costillas

y el aliento suspenso.

 

Mis sollozos en tus rodillas

quebrantaré la noche

 

sombra de alas en un campo

mi corazón de niño perdido.

 

Hermana mía riente eres la muerte

desfallece el corazón eres la muerte

entre mis brazos la muerte

 

hemos bebido eres la muerte

como el viento eres la muerte

como el rayo eres la muerte

 

la muerte ríe la muerte es la alegría

 

Sólo tú eres mi vida

sollozos perdidos

me separan de la muerte

te veo tras las lágrimas

y adivino mi muerte

 

si no amase la muerte

el dolor

y desearte

me matarían

 

tu ausencia

tu infortunio

me dan náuseas

tiempo para mí de amar la muerte

tiempo de morderle las manos.

 

Amar es agonizar

amar es amar morir

los monos hieden al morir

 

mucho desearía mi muerte

soy demasiado blando para eso

muy cansado estoy

 

te amo tanto como un chiflado

me río de mí mismo asno de tinta

que rebuzna a los astros del cielo

 

desnuda te reías a carcajadas

gigantesca bajo el baldaquino

me arrastro para dejar de existir

 

deseo morir por ti

quisiera aniquilarme

en tus caprichos enfermizos.

 

 

El Vacío

 

Llamas nos rodearon

bajo nuestros pasos se abrió el abismo

un silencio de leche de hielo de huesos

nos envolvía con un halo

 

eres la transfigurada

mi destino te ha roto los dientes

tu corazón es un hipo

tus uñas han hallado el vacío

 

hablas como la risa

los vientos alisan tu cabello

la angustia que el corazón oprime

precipita tu burla

 

tus manos tras mi cabeza

no agarran sino la muerte

tus besos rientes no se abren

sino a mi pobreza de infierno

 

bajo el baldaquino sórdido

del que penden los murciélagos

tu maravillosa desnudez

no es más que una mentira sin lágrimas

 

mi grito te llama en el desierto

al que no quieres venir

mi grito te llama en el desierto

en el que se cumplirán tus sueños

 

tu boca sellada a mi boca

y tu lengua en mis dientes

la inmensa muerte te acogerá

caerá la inmensa noche

 

entonces habré hecho el vacío

en tu cabeza abandonada

tu ausencia estará desnuda

como una pierna sin medias

 

esperando el desastre

en que se extinguirá la luz

seré yo suave en tu corazón

como el frío de la muerte.

 

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